MY PERFECT
Y entre sueños hormonales veraniegos,sucumbe en mi un anhelo,un deseo de lo más fervoroso:
Noche en compañía. Dos copas de vino rosado presiden la mesa de mi Loft,protegidos por el cubo de metal con hielos. Una cena deliciosa. Tú en tu silla,yo en la mía.Separados por dos metros de madera y cristal.
Entre risas y anécdotas,terminamos el primer,el segundo,y es el turno del tercer plato. El postre es el momento más dulce de la comida,y en ese momento,con solo un delantal basta. Nada más.
Llevas esas fresas con nata delante de tu expectante idilio. Hay que ser un buen anfitrión,así que le sirves con tus propios dedos embadurnados en nata la fresa roja como la sangre. Él la muerde sensualmente, vaticinando el futuro no muy lejano. Haces que relama tus dedos entre besos. Y esa delicadeza se desborda en el chaise-longue ,en la alfombra,en el amplio sillón.
Tras los fuegos de artificio,nada mejor que el agua para calmar el animo. En ella,las gotas juegan entre los dos,haciendo fácil la compenetración,la fusión de piel.
El lecho espera con todo esplendor y magnificencia. Caes entre algodones. Caricias y cariño dan lugar a un sueño no muy prolongado.
Lo onírico te desvela con delicadeza,con la misma con la que accedes al cuerpo de tu acompañante. Buscas respuestas que no tardan en llegar.Como un resorte,en la madrugada, se liberan las bestias.
Se dice que no hay despertar más plácido. Estiras tu brazo y deslizas tus dedos por el dorsal de tu amado. El sol entra por la ventana. La satisfacción entra en tu vida.
Y así,cual soñador masoquista,juega la mente a imaginar fantasías. C by C
Noche en compañía. Dos copas de vino rosado presiden la mesa de mi Loft,protegidos por el cubo de metal con hielos. Una cena deliciosa. Tú en tu silla,yo en la mía.Separados por dos metros de madera y cristal.
Entre risas y anécdotas,terminamos el primer,el segundo,y es el turno del tercer plato. El postre es el momento más dulce de la comida,y en ese momento,con solo un delantal basta. Nada más.
Llevas esas fresas con nata delante de tu expectante idilio. Hay que ser un buen anfitrión,así que le sirves con tus propios dedos embadurnados en nata la fresa roja como la sangre. Él la muerde sensualmente, vaticinando el futuro no muy lejano. Haces que relama tus dedos entre besos. Y esa delicadeza se desborda en el chaise-longue ,en la alfombra,en el amplio sillón.
Tras los fuegos de artificio,nada mejor que el agua para calmar el animo. En ella,las gotas juegan entre los dos,haciendo fácil la compenetración,la fusión de piel.
El lecho espera con todo esplendor y magnificencia. Caes entre algodones. Caricias y cariño dan lugar a un sueño no muy prolongado.
Lo onírico te desvela con delicadeza,con la misma con la que accedes al cuerpo de tu acompañante. Buscas respuestas que no tardan en llegar.Como un resorte,en la madrugada, se liberan las bestias.
Se dice que no hay despertar más plácido. Estiras tu brazo y deslizas tus dedos por el dorsal de tu amado. El sol entra por la ventana. La satisfacción entra en tu vida.
Y así,cual soñador masoquista,juega la mente a imaginar fantasías. C by C
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